Archivo por meses: febrero 2014

Ya no hay 20 pavos, ahora son centavos

Se acerca el día de los milagros en Calderistan. El día en que el fuego de mortero de la pobreza da una tregua a  los soldados que se disponen, ordenados e impacientes, a recoger, como fardos de avituallamiento lanzados desde helicópteros Wagnerianos, como lluvia sobre suelo quemado, la paga que les permita adornar su rancho y calmar por unos días el dolor que nace en el estomago y retuerce el alma cansada.

Antes, han pasado por la trinchera, lágrimas en los ojos, para rebañar los restos de la libreta, cada día mas cartilla (de racionamiento). Las migajas no darán para aguantar hasta el martes. ¿Cómo demonios se mantendrá alineada la tropa?, ¿como se puede luchar si tienes el enemigo en las tripas, si su vacío dobla tu espalda y nubla tu mente y te hace dudar dónde están los limites entre la realidad y la locura?.

En Calderistán hace tiempo que el amor saltó huyendo por la ventana, llevándose los marcos y los recuerdos de sus habitantes. Sólo algunos consiguieron escapar siguiendo la nube de polvo que levantó en su huida. La pobreza, disparada como bombas de racimo, como napalm que llega a la esquina más escondida, no hace prisioneros al pasar. Sólo deja cadáveres en la cuneta.

Veo la metralla en la mirada, espejo del alma herida del soldado que, mil veces vencido, aun confía que los pocos céntimos que le quedan le permitan continuar la lucha, no desfallecer, aguantar hasta el martes, …. el día de los milagros.

 

My own Calderistán

No hay lírica en Calderistán. Sólo el gran azul que se adivina tras los barrotes del horizonte (no olvides entornar los ojos para atravesar la niebla de lo cotidiano) me recuerda que, alli al fondo, bajo el abismo, está la poesía que tantas veces me ayudó en mi travesía.

Mientras, arriba en la trinchera, las ráfagas de la cotidiana fealdad golpean, como la lluvia de cuchillos que lanzan los trenes al pasar, al soldado que rima en soledad recuerdos de tiempos mejores.

No hay lírica en Calderistán. Solo la métrica de los golpes que día a día golpean y golpean la frontera entre la realidad y el sueño. Sólo Santiago (un gigante vencido en mil batallas) desafía con su trovar ingenuo la prosa vehemente de la realidad . Demos a los cuerdos de su propia medicina, una parte de locura y tres de confusion, cantó el poeta antes de caer en su propia enfermedad.

…mientras, tras la ventana, el viento se lleva las hojas de la agenda que no tengo en una danza de giros extraños

De El Cuaderno de Betulo a El Correo de Calderistan

Llevo días queriendo comprar una agenda. De las de página por día y corazón en espiral. He llegado tarde y me siento como un almanaque (quééé? , me preguntó la compañera de móvil estelado) o calendario (aaah…) de once meses. He perdido muchas páginas de la agenda que no tengo. He perdido muchos días . Ahora los añoro y pienso en ellos como aquellas hojas del almanaque que caen describiendo círculos en el aire.

Quería que mi agenda me acompañara en el camino. Andar, correr, saltar por sus páginas, anotar cada experiencia y marcar con mi rótulador  especial de trazo grueso las cosas tan importantes que quiero hacer y que ya debería haber hecho hace muchas agendas.

Insistí otra vez. Tiene agendas? De las de página por dia y corazón en espiral, pregunté ilusionado a la señora de la botiga (marcaba con maquillaje de trazo grueso la pena que anunciaba el cartel que, a modo de despedida, anunciaba su derrota). Han volado, contestó y yo sentí, otra vez, el viento frio ques llevaba los días perdidos en una graciosa danza en espiral.

Que haré ahora con mi rotulador especial de trazo grueso? Dónde escribiré ahora las crónicas de Calderistan?

Encontrareis Calderistan en las paginas que vuelan (si, haciendo espirales) y que amputaron la agenda que aun no tengo. Está en la pagina que falta, justo desde hace un mes, de mi almaque.

Por cierto. Antes se llamó Beirut y acogió en sus trincheras al soldado Cadepo y allí encontré un puñado de cartas que escribió desde Polonia y que, tal vez, llegaron allí haciendo espirales…